jueves, enero 25, 2007

Jennifer Warnes canta a Leonard Cohen: Como se oye una mujer


El canadiense Leonard Cohen dijo una vez que si alguien quería saber cómo se oye una mujer tenía que escuchar este disco. Hablaba, por supuesto, de Famous Blue Raincoat, el álbum que la norteamericana Jennifer Warnes grabó en 1986, en el que cantó sus canciones.

Había escuchado algunas de las melodías clásicas de Cohen grabadas en los años setenta, pero no fue hasta que encontré Famous Blue Raincoat que lo añadí a mi lista de cantautores preferidos. Un tema suyo incluido en la banda sonora del filme Exótica (Atom Egoyan) me había despertado la curiosidad, pero leí tiempo después en cierta enciclopedia que en esos mismos años setenta muchos buscaban los temas de Cohen solo si querían sentirse totalmente deprimidos.

No obstante, descubrí el disco casi por casualidad. Jennifer Warnes era la voz de aquella canción tema de Dirty Dancing y una visitante no habitual de las listas de éxito pop que en Cuba parecen destinadas a dominar la radiodifusión. Por eso quizá no me interesaba mucho. Mas cuando me prestaron un cassette que incluía a Cohen y a la Warnes, algo me impulsó a casi quedarme con él. Lo tuve durante varios meses, aunque no era lo que se dice una grabación exquisita. Más bien, apenas se oía.

Famous Blue Raincoat fue el primer disco que compré en mi primera semana en Londres, fue casi el único que tenía a mano y en esos días no paré de escucharlo. Yo diría que me dediqué a “estudiarlo”, pues pienso que es la mejor manera de descubrir de qué se trata.

En él estaban todas esas maravillosas canciones melancólicas, con el toque perfecto de quienes conocen cómo convertir palabras y melodías en obras de arte. En las piezas de Jennifer Warnes, las mujeres se dejaban escuchar como seres misteriosos, desconsolados, deseables, y apasionados. Ella es una excelente cantante, pero no sólo por su poderosa y clara voz, sino por su poder de interpretación, su capacidad de trasmitir intenciones que Cohen puso en sus letras. Me atrae porque no solo está contando una anécdota, sino mostrando su lado emocional, la parte de esa anécdota que conoce o que le toca como ser humano.

A veces me digo que hay historias en la vida de cada cual que simplemente no pueden explicarse, pues tal vez uno necesita tiempo, distancia, habilidad para sacarles provecho o asumirlas como algo práctico. Pero a veces también me digo que no se explican puesto que alguien ya lo ha hecho y mucho mejor. Me pasa hasta con las historias que no he vivido, como con los primeros versos de canciones como la propia Famous Blue Raincoat, que aunque simples anticipan de algún modo todo lo tremendo que está por ocurrir: “Son las cuatro de la mañana a finales de diciembre...”.

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